"...Ella abrió sus ojos lentamente porque sentía la intensidad del abrazo y para su sorpresa el los tenía cerrados....no puede ser -pensó- también lo está disfrutando. Por qué tenía que seguir corriendo la aguja del reloj? Por qué todo es tan perfecto cuando está a su lado? Shh! Quédate ahí, no te muevas; vamos a disfrutar. Ella respiró, disfrutó su olor y obedeció..."
Colaboración: Ismelda Cruz.
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